MARIPOSA DE OTOÑO
LA mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Me decían: —No tienes nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.
¡OID MORTALES!
Limadita Bukowski. |
esas son fotos tuyas? excelentes...
ResponderEliminarah, de poesía no se nada, lo siento.... salu2!
Sí, señor. Fotos y edición de mi autoría. Mil gracias!
Eliminarqué genio Neruda, cómo me gusta :)
ResponderEliminarEs un mundo, Don Neruda.
EliminarTristemente todo se va. Pero otra mariposa viene en camino. Un grande don Neruda, tengo a dos fanáticos de él en casa, asi que es imposible escaparme a su obra. Y tus fotos me encantaron, ni hablar del tanguito de Piazzola.
ResponderEliminar¡Un gustazo haber topado con tu blog, Bukowskiana!
Tus lecturas y tus halagos me fascinan.
EliminarSe bienvenida ♥
Hermoso!
ResponderEliminarGracias a usted.
EliminarComo casi todas las cosas, tan efímeras...
ResponderEliminarComentarios certeros los tuyos.
EliminarEncantada de conocerte.
ResponderEliminarRegreso muy pronto.
Abrazo.
El placer es mío.
Eliminar♥